Se llama sobreseguro a la figura que se produce cuando el valor del importe asegurado es mucho más elevada que el valor del bien asegurado. Es decir, cuando el capital asegurado es mucho mayor que el valor real de los bienes protegidos en un contrato de seguro.
La situación de sobreseguro afecta considerablemente a quien haya suscrito la póliza, pues significa que ha pagado una prima mayor de la que tendría que haber pagado. Además, cuando se produce un siniestro y la compañía aseguradora tiene que responder por las reparaciones del bien, solo lo hará por el daño efectivamente causado por el siniestro. El sobreseguro es una figura ilegal porque, de producirse un siniestro, el asegurado recibiría una indemnización con un valor bastante mayor al valor real del bien asegurado. De esta manera, se recibiría un beneficio y no una compensación o resarcimiento.
Cuando el sobreseguro se produce dentro de los preceptos de la buena fe por parte del asegurado, este puede pedir la disminución tanto de la prima como de la suma asegurada, pero también puede pedir a la compañía de seguros, la devolución en caso de haber exceso de primas. Por otra parte, cuando el asegurado ha obrado de mala fe e incurre en un sobreseguro, el contrato se tiene por ineficaz.
Un ejemplo de sobreseguro se da cuando sobre un mismo bien concurren dos o más seguros de distintas compañías, por un mismo riesgo y durante el mismo período de tiempo. Ante estos casos, el tomador del seguro debe notificarlo a todas las compañías porque, en caso de no hacerlo, estas no están obligadas a pagar la indemnización correspondiente en caso de siniestro.
Para evitar incurrir en las figuras de sobreseguro e infraseguro, es importante que, antes de asegurar un bien, se detalle qué es lo que se va a proteger y la cobertura que tendrá, así como el valor económico en caso de indemnización o reparación de daños.
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