El Consorcio de Compensación de Seguros (o CCS) es una entidad pública española que depende del Ministerio de Economía, y al que las aseguradoras deben aportar parte de sus ingresos. Estas aportaciones se hacen con el propósito de cubrir sucesos extraordinarios de carácter natural o por la acción humana, como terremotos, inundaciones o incendios.
El CCS recibe contribuciones de todos las aseguradoras, así que el riesgo se reparte entre todas ellas. Pero esta entidad no solo participa en los casos de desastres, sino que el Consorcio de Seguros participa en lo relativo a la responsabilidad civil de los automóviles, pues actúa como un asegurador que da cobertura total a los vehículos de motor que no son aceptados por las compañías de seguros y también a los que pertenecen al Estado, Comunidades Autónomas, Corporaciones Locales y Organismos Públicos que así lo soliciten.
El CCS proporciona cobertura total y concede indemnizaciones por los daños causados por un vehículo no asegurado. También asume el seguro de los vehículos que están suscritos a compañías declaradas en quiebra, suspensión de pagos o que presenten falta de liquidación.
El CCS proporciona cobertura a nivel Unión Europea, así que en caso de siniestros automovilísticos en alguno de los Estados miembros, indemnizará a los ciudadanos de estos países. El Consorcio actúa como un responsable subsidiario y aporta cobertura a vehículos no solo que no hayan sido asegurados, sino a los robados, extranjeros, desconocidos o que pertenezcan a entidades aseguradoras en período de liquidación. Así, los propietarios de dichos bienes no se encuentran en situación de desprotección ante accidentes.
Los gastos del CCS se subsanan gracias a las pólizas de seguro de las personas contratantes, pues dentro de la misma póliza aparece un desglose con el concepto de contribución al CSS. De esta manera, todas las personas no solo contribuyen, sino que también cuentan con ayuda del Consorcio en caso de necesitarlo.
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