Por supuesto, cada persona es un mundo, y hay quien no puede vivir tranquilo si su coche no tiene las máximas coberturas, independientemente de la antigüedad del vehículo o de su valor. Sin embargo, las aseguradoras siempre ofrecemos algunos consejos respecto a esta cuestión.
De este modo, si el vehículo es muy antiguo, si apenas se usa o si no se quieren asumir los percances que sufra en caso de accidente, podrías empezar a valorar la contratación de un seguro a terceros. Se estará asumiendo, de esta manera, la responsabilidad obligatoria por un precio más económico que en otro tipo de pólizas.
Además, es importante tener en cuenta que el seguro a terceros no cubre los daños propios del vehículo, por lo que, si se trata de un coche nuevo o de gran valor, es recomendable optar por una póliza más completa que incluya la cobertura de daños propios.
Otro factor para considerar es el uso que se le da al vehículo. Si se trata de un coche que se utiliza con poca frecuencia, como un segundo vehículo o para trayectos cortos, es posible que no sea necesario contar con una cobertura completa. En estos casos, un seguro a terceros puede ser suficiente para cubrir los riesgos básicos.
Por otro lado, si se trata de un coche que se utiliza a diario para desplazamientos largos o para viajar con frecuencia, es recomendable contar con una póliza más completa que incluya la cobertura de daños propios y otros servicios adicionales, como asistencia en carretera o vehículo de sustitución en caso de avería.
En definitiva, la decisión de cambiar a un seguro de coche a terceros dependerá de varios factores, como la antigüedad y valor del vehículo, el uso que se le da y el presupuesto disponible. Es importante evaluar cada caso de forma individual y comparar las diferentes opciones de seguros disponibles para tomar la decisión más acertada.
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