El valor venal, en el ámbito de los seguros, se aplica a los automóviles y se refiere al valor que tiene el vehículo en el mercado antes de ocurrir un siniestro, con la misma antigüedad y las mismas características, pero sin tener en cuenta el estado del vehículo ni el kilometraje del mismo.
No hay que confundir los términos valor venal con valor de mercado, pues el valor venal es el valor de venta de un automóvil, mientras que el valor de mercado es el valor de compra del mismo, incluyendo los impuestos y beneficios para el vendedor.
Dentro del valor venal, se encuentra la figura del valor venal mejorado, que es el valor venal incrementado por un porcentaje estipulado por la compañía aseguradora y que se establece en virtud de la póliza de seguro que se haya contratado.
Generalmente, el valor a nuevo se mantiene en las pólizas de seguro durante un tiempo cuando se acaba de contratar el seguro. Posteriormente, el valor se convierte en valor venal, por lo que el vehículo implicado en un siniestro adquiere un valor que se estipula calculando el precio que tenía antes del siniestro y el que adquiere cuando ocurre el siniestro, sin considerar el kilometraje ni el estado del vehículo.
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