Concurrencia de seguros

La concurrencia de seguros es una figura que surge cuando existen varias pólizas de seguro sobre el mismo bien mueble o inmueble.

Cuando ocurre un siniestro o robo sobre el bien asegurado, la cantidad aportada por las aseguradoras puede sobrepasar el valor real del bien y, por tanto, el asegurado estaría lucrándose con él. La concurrencia de seguros solo se permite en el caso de los seguros de vida, pues la vida es un bien que no tiene un valor económico.

Cuando se trata del seguro sobre bienes materiales, entonces las distintas pólizas solo cubrirán la parte proporcional del capital que se ha asegurado en cada una de las pólizas, pero sin que las indemnizaciones superen nunca el valor real de los daños producidos en casos de siniestro.

Concurrencia de seguros y coaseguro

Existe una diferencia entre la concurrencia de seguros y el coaseguro, una figura que puede confundir a los contratantes de una póliza:

• El coaseguro permite que existan varias pólizas sobre un mismo bien, pero el importe de dichas pólizas no sobrepasa el valor del bien asegurado.
• La concurrencia de seguros sí se permite también en el caso de que, sobre un mismo bien, existan distintas pólizas, pero suscritas por diferentes personas; este es el caso de los seguros de responsabilidad civil solidaria.

La figura de la concurrencia de seguros se recoge en la Ley 50/1980 de Contratos de Seguro y aparece cuando una misma persona firme varios contratos de seguro con distintas aseguradoras sobre un mismo bien sin que éstas conozcan la existencia de las demás pólizas. También existe concurrencia cuando las pólizas sobre el mismo bien tengan el mismo período de vigencia y cuando la indemnización a percibir en caso de daños tenga carácter simultáneo.

Un ejemplo de concurrencia de seguro se da en los casos de las pólizas de seguros del hogar y de las de Comunidad: en el caso de que ocurran daños en una vivienda, pueden coincidir dos pólizas y es difícil determinar a quién corresponden las reparaciones del bien asegurado.